
La sequía extrema que afecta a Cataluña está teniendo un impacto en el río Onyar, y la empresa Sorelló ha comenzado los trabajos de pesca eléctrica para retirar los peces existentes en este río a su paso por la ciudad de Girona. La pesca eléctrica es una técnica que utiliza un campo eléctrico para inmovilizar a los peces, permitiendo a los operarios capturarlos y separar los autóctonos de los exóticos. En esta primera jornada, se han capturado cientos de ejemplares.
Quim Pou, responsable del operativo, explicó que los peces exóticos, que figuran en el catálogo español de especies invasoras, se ponen en sacos o cajas secas y acaban muriendo, ya que el sacrificio es obligatorio por ley. Los autóctonos se colocan en recipientes con agua y se trasladan al río Ter, donde se les liberará para que sobrevivan. Los autóctonos que se han capturado incluyen espinillas del Ebro, espinillas de montaña, bagres y espinosos, mientras que los exóticos incluyen carpas, rutilos y peces solo. En el Onyar hay multitud de espinillas, que mucha gente confunde con carpas, y que pueden alcanzar los 80 centímetros de longitud.
Según las primeras estimaciones de la empresa, un 95% de las capturas correspondían a especies exóticas invasoras y, por tanto, debían sacrificarse. Una vez fallecidos, una empresa especializada se encarga del tratamiento de los restos. El objetivo de la intervención, pedida por el Ayuntamiento de Girona y autorizada por la Agencia Catalana del Agua (ACA), es retirar los peces que se ven afectados por la reducción de caudal del río y las malas condiciones del agua debido a la sequía. El Onyar baja mucho más seco de lo que ya es habitual y, además, no recibe aporte de agua de la acequia Monar. Todo esto ha provocado una reducción muy evidente del caudal del río en el tramo urbano, ahora en torno a los 200 litros por segundo.
El río Onyar ya tiene poca agua de por sí, y la mayor parte del agua que llega a Girona es residual y depurada. En el tramo que sigue la calle del Carme, desde el cementerio hasta el puente de Pedra, es prácticamente un hilo de agua. Solo aumenta el caudal cuando entra el agua de la acequia, procedente del río Ter, que multiplica el caudal por diez con entre 1 y 3 metros cúbicos por segundo. Así se genera la imagen que se ve del Onyar entre el puente de Pedra y el puente de Pedret. El agua de la acequia permite regar los huertos de Salt y Santa Eugènia y, antiguamente, ayudaba a las fábricas textiles.
La sequía ha afectado gravemente a los ríos y a la biodiversidad en todo el mundo, y los efectos en el río Onyar son solo un ejemplo de la situación crítica. El cambio climático ha aumentado la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, lo que ha llevado a sequías más prolongadas y a la reducción del caudal de los ríos. Esto ha afectado gravemente a los ecosistemas acuáticos, lo que ha llevado a la disminución de la biodiversidad y ha puesto en peligro la supervivencia de muchas especies.
Para hacer frente a esta situación, se están implementando medidas para proteger los ríos y las especies que dependen de ellos. Una de ellas es la pesca eléctrica, que se utiliza para retirar las especies exóticas invasoras y proteger a las especies autóctonas. Otras medidas incluyen la reforestación de las riberas de los ríos, la creación de zonas de protección de la fauna y la flora, y la implementación de prácticas agrícolas más sostenibles que reduzcan la demanda de agua.
En definitiva, la sequía y la reducción del caudal de los ríos son un problema grave que afecta a muchos ecosistemas en todo el mundo. La pesca eléctrica es solo una de las muchas medidas que se están implementando para proteger a los ríos y a las especies que dependen de ellos. Es importante que se sigan investigando y desarrollando nuevas técnicas y prácticas sostenibles para proteger a nuestros ríos y asegurar la supervivencia de las especies que dependen de ellos.