Bellas Historias

Perro espera fielmente a su dueño fallecido en hospital de Aguascalientes

By
Daniela

La historia del perro El Güero ha conmovido a muchos en México y en el mundo. Este canino llegó al Hospital General de Rincón de Romos, en Aguascalientes, México, después de que su dueño fue trasladado de urgencia al hospital. Desafortunadamente, su dueño llegó sin signos vitales al lugar, por lo que los médicos no pudieron hacer nada para salvarlo. Sin embargo, El Güero no lo sabía y esperaba fielmente a las afueras del hospital, esperando que su mejor amigo saliera del nosocomio.

El Güero es un perro de raza mestiza que había seguido una camioneta de los vecinos que llevaron al señor al hospital. A pesar de que mostraba notables señales de cansancio, ya que recorrió un largo camino, llegó justo a tiempo para entrar detrás de la camilla del hombre. No obstante, el personal de seguridad del hospital lo sacó por cuestiones de salubridad.

En una entrevista para el programa "De Pisa y Corre" de Grupo Imagen Televisión, Ana María Pizaña, jefa de enseñanza, capacitación investigación y calidad de la clínica de Aguascalientes, relató cómo fue la llegada del perro al hospital y cómo se quedó esperando afuera, sin saber lo que había pasado con su dueño.

Según la trabajadora del hospital, el señor vivía solo y El Güero era su único compañero de vida, por lo que no es extraño que el perro se quedara a esperar fuera del lugar. Tras varios días, el personal del hospital se dio cuenta de que el can siempre estaba en la misma zona y no había poder humano que lo moviera de ahí, por lo que decidieron adoptarlo.

La nobleza y constancia del perro se ganó el corazón de los trabajadores del lugar, quienes finalmente decidieron adoptarlo. La doctora Claudia Ramírez contó en la misma entrevista que cada vez que salía del hospital, abrazaba al animal y le decía: "ya no está aquí a quien esperas, pero aquí estamos todos, aquí te queremos todos".

Después de que el señor muriera en agosto del año pasado, el perro fue registrado como parte del personal del nosocomio en el que "trabaja" actualmente. Tiene un gafete que tiene una serie de instrucciones sobre los cuidados y atenciones que recibe, además de los números del hospital por si lo encuentran en otro lugar.

Todos los días, El Güero hace unas cuantas caminatas alrededor de la clínica, recibe su comida, acompaña al personal de seguridad y se recuesta en su caseta donde pasa la mayor parte del tiempo descansando o durmiendo. Su historia conmovió tanto a los trabajadores del hospital que lo adoptaron y lo hicieron parte del personal de seguridad.

Los perros, al igual que los gatos, son capaces de generar lazos especiales con su dueño u otros compañeros animales que viven en el mismo hogar. La ciencia ha demostrado en varias ocasiones que hay especies que tienen un “proceso de luto”, tras la pérdida de uno de sus compañeros.

La historia del perro El Güero ha conmovido a muchos en México y en el mundo.

Mariangela Albertini, investigadora de la Universidad de Milán, encabezó recientemente un estudio que lleva por nombre “Los perros domésticos lloran la pérdida Además, los perros también son capaces de generar vínculos emocionales con los humanos y esto se evidencia en la historia de El Güero, quien esperó a su dueño durante varios días fuera del hospital, ignorando que había fallecido.

Según la entrevista realizada por Ana María Pizaña, jefa de enseñanza, capacitación investigación y calidad de la clínica de Aguascalientes, el perro sólo entraba en el área donde su dueño había sido visto por última vez, olfateando e inspeccionando la camilla, en espera de su regreso.

La lealtad y la constancia de El Güero no pasaron desapercibidas ante los ojos del personal del hospital, quienes finalmente decidieron adoptarlo. A partir de ese momento, el perro se convirtió en uno más de la familia, recibiendo la misma atención y cuidado que el resto del personal de seguridad del hospital.

De hecho, El Güero se convirtió en un integrante más del equipo, llegando a contar con su propio gafete de seguridad y con un conjunto de instrucciones detalladas sobre los cuidados y atenciones que recibía. Incluso, se le asignaron una serie de tareas, como acompañar al personal de seguridad en sus patrullajes alrededor del hospital y descansar en su caseta durante los momentos de inactividad.

Es conmovedor pensar en la nobleza y fidelidad de los perros, especialmente en situaciones como la que vivió El Güero, en la que demostró su lealtad a su dueño hasta el final. Sin embargo, esta no es la única historia de perros que han esperado a sus dueños en situaciones similares.

En 2015, la historia de Hachiko, un perro de raza Akita que esperó a su dueño fuera de la estación de tren de Shibuya, en Japón, durante nueve años después de su fallecimiento, conmovió al mundo entero. Hachiko se convirtió en un símbolo de la lealtad y la fidelidad de los perros, siendo homenajeado con una estatua en la estación de Shibuya y con numerosas películas y documentales.

De manera similar, la historia de El Güero ha capturado la atención de muchos, y se ha convertido en un ejemplo más de la conexión profunda que puede existir entre los perros y sus dueños. Aunque el perro ya no espera a su dueño fuera del hospital, su historia es una lección sobre la importancia de la lealtad y el amor incondicional que los perros pueden ofrecer.