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Gato montés en preextinción en la Península Ibérica

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Daniela

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha alertado de que el gato montés europeo (Felis silvestris) se encuentra en una situación de preextinción en la Península Ibérica. Según su Evaluación del Libro Rojo, existen dos situaciones diferentes en los territorios de España y Portugal. En el norte y el noreste, el gato montés está aparentemente bien distribuido y sus densidades son relativamente elevadas. Sin embargo, en el sur y en el centro, hay una baja ocupación con una fragmentación extrema y baja densidad, lo que representa un problema para la especie.

Ante estos alarmantes hechos, los expertos que han participado en la investigación consideran que es necesario poner en marcha acciones urgentes para esclarecer las causas y diseñar medidas de conservación. Las acciones prioritarias consistirían en recopilar toda la información disponible del estatus y tendencias, acordar métodos estandarizados y unificados de seguimiento que permitan evaluaciones periódicas de las poblaciones, valorar la posibilidad de una evaluación regional del estatus de conservación y concienciar al público y administraciones del escenario de preextinción al que se enfrenta la especie en la mayor parte de Iberia.

Como parte de las posibles soluciones, los investigadores han marcado algunos pasos esenciales a seguir para la preservación de la especie, como la constitución de grupos de trabajo específicos sobre diversos problemas de conservación y la elaboración de una campaña de concienciación para el público y los responsables de las administraciones. A día de hoy, decenas de voluntarios están colaborando para realizar un censo nacional de la especie.

En el sur y en el centro, hay una baja ocupación con una fragmentación extrema y baja densidad, lo que representa un problema para la especie.

La realidad es que el gato doméstico o asilvestrado (Felis catus) es una auténtica amenaza muy seria para la población del gato montés. Según el Atlas rojo de los mamíferos terrestres de España del Ministerio de Transición Ecológica, "la hibridación genética y la transmisión de enfermedades de gatos domésticos o asilvestrados parecen afectar negativamente a la especie". Una investigación a escala europea publicada en enero de 2020 utilizó 926 muestras de 13 países para comprobar cómo está afectando realmente el problema de la hibridación entre el gato doméstico y el gato montés.

En lo referente a la Península Ibérica, de las 93 muestras estudiadas, 40 resultaron ser de gato doméstico, 42 de gato montés puro y 11 de híbrido. Esto supone un 21%, una cifra que supera a estudios anteriores que la situaban entre un 7 y un 15%. Por tanto, nos encontramos ante un problema creciente que ahora se verá agravado tras la aprobación de la ley animalista.

Las conclusiones del estudio no dejaban lugar a dudas: "la hibridación entre taxones silvestres y sus congéneres domésticos es un problema de conservación importante. Las especies domésticas con frecuencia superan en número a sus parientes silvestres en tamaño y distribución de la población y, por lo tanto, pueden inundar genéticamente a las especies nativas". Según el mismo estudio "la hibridación frecuente con el gato doméstico puede amenazar regionalmente la integridad genética del gato montés europeo, como lo documenta el ejemplo del gato montés en Escocia, y puede llevar incluso a la extinción genética de las poblaciones locales".

A pesar de todos estos datos, el Gobierno de España ha aprobado recientemente la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, que prohíbe el control de perros errantes y gatos asilvestrados, lo que contribuirá a incrementar el problema de la hibridación y desafía la supervivencia del gato montés. Ya hace más de un año, un grupo científico liderado desde la Universidad Pablo de Olavide y la Estación Biológica de Doñana – CSIC emitió una contundente carta firmada por casi 900 expertos contra el anteproyecto de esta ley. En ella prestaban especial atención a las colonias de gatos callejeros, pues el texto reflejaba garantizar la protección y el apoyo de estas colonias a cuenta de las administraciones públicas.

Según el investigador Miguel Clavero, "los gatos domésticos son considerados los depredadores no nativos más dañinos para la biodiversidad. Numerosos estudios indican que estuvieron implicados en la extinción de más de una cuarta parte de las extinciones de aves, mamíferos y reptiles en los últimos siglos. La depredación realizada por gatos es la principal causa de la mortalidad de pequeños mamíferos y aves, por encima de atropellos, envenenamientos o la caza".

La situación del gato montés europeo es un ejemplo más de la importancia de proteger la biodiversidad y la necesidad de adoptar medidas de conservación efectivas. El hecho de que una especie esté en preextinción es una señal de alarma que indica la necesidad de actuar con rapidez y determinación para evitar su desaparición. Las acciones que se lleven a cabo deben ser coordinadas y efectivas, y contar con el apoyo de la sociedad y de las administraciones públicas.

Es necesario tomar medidas concretas para proteger el hábitat del gato montés, promover la recuperación de las poblaciones y reducir las amenazas que enfrenta, como la hibridación con el gato doméstico. Esto implica la adopción de medidas de control de los gatos asilvestrados y la promoción de la adopción y esterilización de los gatos domésticos, así como el desarrollo de campañas de concienciación para la sociedad en general y los responsables de las administraciones.