
Durante años, la Eco Reserva de Ojén ha sido un refugio para cientos de familias, atraídas por la emocionante experiencia de perderse en un bosque de alcornoques y alimentar a los animales que allí habitaban. Sin embargo, la vida en este santuario natural se vio truncada en febrero de 2022, cuando la Junta de Andalucía tomó la drástica decisión de cerrar al público el recinto, poniendo en peligro el bienestar de los animales que llamaban hogar a esta reserva.
La noticia de este cierre repentino sorprendió a muchos visitantes habituales, y más de un año después, la Consejería de Sostenibilidad no solo ha mantenido su postura, sino que ha endurecido su enfoque al declarar la caducidad de la concesión original. A pesar de las advertencias recibidas, el concesionario, Antonio Calvo, se muestra renuente a abandonar el espacio, generando una creciente preocupación por el destino de los animales.
A pesar de las comunicaciones y las preocupaciones manifestadas por las autoridades, Calvo se mantiene firme en su posición, según confirma Víquez y se expresa en las redes sociales. El delegado de la Junta en Málaga ha declarado: 'No queremos generar tensiones innecesarias; no vamos a recurrir a la fuerza, pero esperamos que el concesionario tome en cuenta las advertencias que se le han dado'.
En su discurso, Víquez incluso ha mencionado la posibilidad de iniciar un proceso de desalojo y ejecución subsidiaria si Calvo persiste en su negativa a acatar las medidas establecidas por la Junta. Esta situación plantea serias preocupaciones sobre el bienestar y la seguridad de los animales en la Eco Reserva.
La decisión de cerrar la reserva y declarar la caducidad de la concesión se basa en argumentos fundamentados en el incumplimiento de las medidas establecidas para proteger y cuidar a los animales en este entorno natural. Según la Consejería de Sostenibilidad, se han ignorado de manera sistemática una serie de preceptos de la autorización ambiental unificada otorgada en su momento.
Entre los incumplimientos mencionados se encuentra la falta de autorización ambiental para la generación de residuos, la presencia de productos peligrosos cuyos envases no se gestionan adecuadamente y el mantenimiento de la maquinaria en el área sin un lugar especialmente designado para ello.
En relación a la interacción entre los animales y los visitantes, la Junta ha expresado su preocupación por la falta de personal capacitado para cuidar a los animales y por la ausencia de una separación adecuada entre los animales silvestres y las personas que acuden al recinto. Esto representa un riesgo tanto para los visitantes como para la integridad de los propios animales.
José Antonio Víquez ha enfatizado la importancia de la seguridad y el bienestar de los animales en la Eco Reserva, especialmente aquellos ejemplares que están "improntados", es decir, que han sido criados en cautividad y dependen de los cuidados humanos para sobrevivir. Estos animales no tienen la capacidad de adaptarse y encontrar alimento por sí mismos en la naturaleza.
En caso de que el proceso de caducidad de la concesión se complete según lo establecido por la Junta, se tomarán medidas para transferir la responsabilidad de los animales a la Delegación de Sostenibilidad mientras se otorga una nueva concesión a otra empresa a través de un procedimiento abierto.
La respuesta del concesionario, Antonio Calvo, ha sido desafiante. A través de una publicación en Instagram, ha confirmado la recepción de una nueva notificación de desalojo y desahucio de los animales en un plazo de 10 días. Calvo afirma que esta notificación no respeta el plazo de respuesta del recurso presentado ni las apelaciones realizadas al Defensor del Pueblo Andaluz. Además, denuncia la insensibilidad de la Consejería de Sostenibilidad hacia los animales que necesitan cuidados y comida para evitar la hambruna y la muerte, especialmente durante la época de sequía extrema.
La situación en la Eco Reserva de Ojén plantea importantes cuestiones sobre el bienestar y la protección de los animales en espacios naturales y turísticos. Es fundamental garantizar que se cumplan las normativas y regulaciones que salvaguardan la integridad de los animales y su entorno. Además, se debe priorizar la seguridad de los visitantes y promover un enfoque responsable hacia la conservación de la vida silvestre.