Protección

El sufrimiento detrás del comercio de primates

By
Daniela

Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista European Journal of Wildlife Research revela que en los últimos 20 años, Europa ha importado alrededor de 230.000 primates vivos, principalmente con fines de experimentación animal tanto médica como científica. Francia, Reino Unido y España han sido los principales creadores de demanda, mientras que Mauricio, Vietnam y China son los exportadores más destacados. Según los cálculos revisados por pares, el volumen de negocio asciende a cerca de 800 millones de euros en las dos últimas décadas, mientras crece, a la par, la oposición social a la experimentación con animales.

Sarah Kite, cofundadora de Action for Primates, una facción del movimiento animalista en Europa, argumenta que "el uso de primates en la investigación científica, impulsada por la curiosidad o el conocimiento, puede involucrar algunos de los procedimientos más brutales. Incluyen la implantación de electrodos en el cerebro, lo que obliga a los primates a realizar tareas repetitivas mientras están atrapados durante horas a un dispositivo de sujeción. Los privan de comida y agua, les inyectan sustancias tóxicas, les inducen daño cerebral y les producen muchas otras afecciones debilitantes”.

España es uno de los principales destinos de estos animales, y miles de macacos van a parar cada año al pequeño pueblo tarraconense de Camarles

Casi el 70% de las importaciones legales de primates en la Unión Europea y Reino Unido se destinan a la experimentación médica (46,83% de todas las importaciones notificadas) y científica (22,84%). Esas solo son las importaciones notificadas, lo que significa que no incluyen ni el tráfico ilegal ni la cría nacional de primates. PETA y Action for Primates cuestionan los procesos de trazabilidad de los países exportadores, y las condiciones en las que se mantienen los animales en los países de los que salen. Las condiciones en las que se mantienen los macacos de cola larga en las granjas del sudeste asiático plantean serias preocupaciones sobre el bienestar de los animales.

Para abastecer la enorme demanda que generan los Estados del Norte global, los macacos son importados desde macrogranjas donde sobreviven "hacinados", principalmente en países del sudeste asiático (Vietnam, Camboya, Indonesia y Filipinas), donde son endémicos. Los macacos de cola larga son el primate no humano que más se comercializa en el planeta y, al igual que otros macacos, se utilizan principalmente para experimentos de laboratorio y toxicidad. España es uno de los principales destinos de estos animales, y miles de macacos van a parar cada año al pequeño pueblo tarraconense de Camarles, donde se encuentra la mayor granja de macacos de cola larga de Europa, Camarney S.L.

Lisa Jones Engel, primatóloga y asesora científica sobre experimentación con primates en el Departamento de Investigaciones de Laboratorio de PETA, señala que "durante el siglo XXI, más de medio millón de macacos de cola larga, una especie de mono que ha sido objetivo de la industria de experimentación con primates de EE. UU., han sido arrancados de sus hogares en Asia y Mauricio. Las poblaciones han colapsado, los bosques están vacíos y los animales y el medio ambiente están sufriendo". Además, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró en 2022 al macaco de cola larga como en peligro de extinción debido a la afección que esta industria de comercio de animales extraídos de la naturaleza está teniendo sobre su población.

A pesar de la disponibilidad de métodos de investigación alternativos sin la utilización de animales, la experimentación animal sigue siendo una práctica común en todo el mundo, incluida Europa. La directiva de la UE que regula el uso de animales en experimentación preveía prohibir el uso de primates capturados en la naturaleza a partir de noviembre de 2022 por su extrema crueldad. Sin embargo, esta normativa nunca entró en vigor y en abril de 2023, después de la presión de lobbies como EARA, publicaron otro estudio que concluía que esta medida "no era viable".

La voluntad política de la UE "parece fácilmente moldeable a los intereses de las empresas y lobbies de la experimentación animal", según los investigadores de los tres colectivos consultados. En lugar de continuar utilizando animales para experimentación, se deben utilizar métodos de investigación alternativos, como la tecnología de órganos en chips, simulaciones informáticas sofisticadas y cultivos tridimensionales de células humanas, que se han demostrado una y otra vez como más precisos y letales para los animales.

Es importante que los ciudadanos se conciencien sobre esta cuestión y la oposición social a la experimentación animal siga creciendo. Deben demandar una legislación más estricta y una mayor transparencia en el comercio de primates vivos. Además, las empresas deberían ser más responsables en la verificación de los orígenes de los animales que importan y las condiciones en las que se mantienen en los países de los que salen.

Afortunadamente, también hay algunas buenas noticias sobre este tema en España. El Ayuntamiento de Barcelona aprobó recientemente una moción en la que se comprometía a no financiar, patrocinar o promover actividades o eventos que impliquen la experimentación animal. Además, se comprometió a fomentar la investigación sin animales y a apoyar proyectos que persigan ese objetivo. Esto demuestra que el cambio es posible y que hay un movimiento en aumento en contra de la experimentación animal.