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Dragones de Komodo nacen en España

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Daniela

En Bioparc Fuengirola, un parque de fauna ubicado en la Costa del Sol, ocurrió un hecho excepcional en el Día de San Juan de 2022. Dos dragones de Komodo, Ora y Reo, copularon por primera vez. Si de esa unión nacía alguna cría, la primera llevaría un nombre que homenajeara aquella jornada. A principios de abril de 2023, nacieron Juanito, Fénix, Embum, Drakaris y Saya, lo que supone un hito porque es la primera vez que se consigue la reproducción de esta especie en España en los últimos diez años. La especie de dragón de Komodo está catalogada como en peligro de extinción, ya que solo quedan 1.300 ejemplares en libertad.

De aquel 24 de junio salió una puesta de 12 huevos. Se salvaron cinco, que fueron trasladados a dos incubadoras, donde se mantuvieron a una temperatura de entre 29,5 y 30,5 grados y una humedad del 70% al 90%. A principios de abril, antes de lo esperado, Juanito asomó su cabeza y en las dos semanas siguientes nacieron los demás. Ahora residen en terrarios individualizados, donde muestran de manera constante su singular lengua bífida, con la que captan olores y sabores. Sus presas son, por ahora, gusanos, insectos o crías de ratón.

La especie de dragón de Komodo está catalogada como en peligro de extinción.

Milagros Robledo, responsable del equipo de Herpetología de Bioparc Fuengirola, explica que "la especie tiene dos oviductos y, a veces, uno queda fertilizado y otro no. Se ve claramente los que no lo están". Las crías son presas, así que las de esta especie suelen pasar su primer año de vida en un árbol, alimentándose. Rara vez bajan. "Como en la mayoría de reptiles, aquí no hay cariño", dice Robledo.

Sus nombres fueron también decididos antes de su nacimiento. A Fénix le pusieron el nombre porque su huevo se llegó a romper durante la incubación, pero, aun así, consiguió salir adelante. A Embum le llamaron así porque en indonesio significa “rocío de la mañana” y Saya es un homenaje a una hembra de dragón de Komodo que residió en Fuengirola hace años hasta su muerte natural. Drakaris, claro, “procede de la parte friki que tenemos en el equipo”, dice Robledo, seguidora de Juego de Tronos.

En Bioparc Fuengirola viven separados porque si se encontraran se pelearían. Y dado su gran tamaño, las consecuencias podrían ser fatales. Reo mide 2,20 metros y pesa 70 kilos, mientras que Ora ronda los dos metros y los 50 kilos. Juanito y sus hermanos son de momento mucho más pequeños, pero estos animales pueden superar fácilmente la envergadura de sus padres y alcanzar los dos metros y medio de largo.

Bioparc Fuengirola es uno de los 30 zoológicos que forman parte del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) de este gran varano, coordinado por la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA). Su recomendación es que de cada puesta se incuben cinco huevos, justo lo que ha ocurrido en la Costa del Sol. “Esta decisión garantiza la variabilidad genética de los dragones de Komodo y fortalece a estos reptiles en el caso de que, en un futuro, sea necesario reintroducirlos en su hábitat”, explica Jesús Recuero, director técnico, veterinario y conservador del centro fuengiroleño.

El dragón de Komodo es una especie en peligro de extinción, de la que apenas quedan unos 1.500 ejemplares en todo el mundo, de los cuales 220 se encuentran en centros de conservación pertenecientes a la EAZA. En libertad se localizan en la isla de Flores, Komodo, Rinca, Padar, Nusa Kode y Gili Motang, en Indonesia. Según explican desde Bioparc, en los últimos 15 años la población de dragones se ha reducido en un 25% por la quema de los bosques donde residen y los estragos que causa la caza furtiva. A todo ello "se le suma la enorme acumulación de residuos que transportan las corrientes oceánicas y que terminan en las islas donde viven estos primitivos y grandes varanos", concluyen desde el centro fuengiroleño.

En cuanto a la reproducción de los dragones de Komodo, se sabe que la hembra solo entra en celo una semana al año y, el resto del tiempo, evita al macho. Por eso, es muy difícil conseguir que dos ejemplares copulen. Además, los dragones de Komodo pueden llegar a vivir hasta los 30 años en cautiverio, y su esperanza de vida en libertad se estima en unos 20 años.

La reproducción de estos animales en cautiverio es esencial para su conservación, y la obtención de estas cinco crías en Bioparc Fuengirola es un gran paso adelante para la conservación de la especie. Además, esta reproducción es especialmente importante en España, ya que solo el zoo de Barcelona había conseguido anteriormente la reproducción de dragones de Komodo en el país, en 2012.

En conclusión, el nacimiento de Juanito y sus hermanos en Bioparc Fuengirola es un hito en la conservación de los dragones de Komodo en España y en el mundo. La reproducción en cautiverio es esencial para la supervivencia de la especie, ya que en la naturaleza se enfrenta a numerosas amenazas, como la caza furtiva y la pérdida de su hábitat. Además, esta reproducción es especialmente importante en España, ya que es la primera vez que se consigue la reproducción de esta especie en el país en los últimos diez años. Esperamos que Juanito y sus hermanos puedan ayudar a fortalecer la genética de la especie y contribuir a su conservación en el futuro.